Cuando los miembros de una facultad se mueven de una facultad a otra, así mismo lo hacen sus cursos, pero luego de haber gastado millones de dólares en preparar esos cursos para una audiencia masiva, ¿tienen las universidades derecho a una parte de esos derechos?
Esta pregunta ha llegado hasta muy lejos sin ser contestada (aunque no discutida) incluso por algunos principiantes dentro del mercado de los cursos masivos abiertos (MOOCs), incluyendo Harvard y MIT. Desde que los creadores de los MOOCs fueron sacados del debate de los derechos de propiedad intelectual diciendo que ellos iban a honrar cualquier política que sus partners institucionales tomaran, cae el peso sobre las universidades para que lleguen a un acuerdo.
Casi 2 años después de que Harvard y MIT jovialmente lanzaran el proveedor de MOOCs edX, Sanjay E. Sarma, director de departamento de aprendizaje digital de la MIT, dijo que las instituciones habían podido resolverlo.
”Las facultades siempre han tenido ciertas expectativas y derechos, y queremos respetárselas” dijo Sarma. “En otras palabras, no queremos que ninguna nueva policita cambie, ni ninguno de los derechos que tiene ahora”
En vez de eso, Sarma dijo que el MIT implementará una nueva interpretación de su política de derechos de propiedad intelectual – la cual aparenta cobijar tanto a los miembros de la facultad, como a la Universidad”- en los próximos meses.
Las políticas y procedimientos de la MIT: Dice que la misión de las instituciones ha sido generalmente bien servida permitiendo que cada miembro de las facultades individualmente decidan, cuando, cómo, y en qué forma deben ser divulgados los cursos. Solo unas pocas sesiones antes de eso, la institución escribió una excepción para la propiedad intelectual creada “con el uso significativo de fondos o ayudas administrativas facilitadas por MIT”
Eso puso a los MOOCs en un caso de “la delgada línea”. Son cursos que además de gastar sumas de hasta 6 cifras para desarrollarlo, las universidades también invierten cientos de horas en esfuerzo de diseñadores instructivos y empleados de producción.
Sarma compartió alguna de las principales guías de la nueva interpretación, la cual será revisada después de un año. Si una miembro de la facultad que haya creado un MOOC con mucho material de la MIT, deja la universidad, todavía le pertenecen todos los derechos para enseñar este curso en cualquier otra parte, aunque sin el material producido. MIT se queda con el material de grabación, así como con una licencia que permite continuar publicando el MOOC basado en el material del curso que se produjo. “la palabra que estamos usando es “administración” Dijo Sarma.
La política de propiedad intelectual de Harvard contiene un lenguaje similar, fomentando a los miembros de las facultades a divulgar su trabajo en forma en que sea relevante para el interés publico “si la universidad se involucra en la creación y desarrollo de los materiales de los derechos de propiedad es mas que incidental” sin embargo, Harvard, y los miembros de la facultad, deben compartir estos derechos.
Robert A. Lue, director de la facultad de HarvardX, habló, en un evento de aprendizaje online en la Universidad de California, Berkley, de cambiar el modelo del desarrollo del curso.
Hay un grupo de individuales – una aldea- que trabaja con cada uno de los miembros de la facultad, oyentes del medio, especialistas, diseñadores instructivos y estudiantes, dijo Lue. “Lo que representa realmente esta “aldea” es el comienzo de una simbiosis a través de toda la universidad, que en ultimas representa un ecosistema de cómo podemos pensar sobre la creación de experiencias de aprendizaje, no solo escalables, sino para los estudiantes en el campus».
Otras universidades como Princeton, han replanteado la pregunta en términos familiares, con un miembro de la facultad están catalogando el MOOC como “el libro del siglo 21”. Duke University, una de las primeras universidades en unirse a Coursera, pareció haberle puesto punto final al debate de igualar los MOOCs con cursos cara a cara.
Cathy N. Davidson, quien enseño su primero curso via Coursera, recientemente anunció, que iba a dejar Duke para irse a City University of New York (CUNY). Este movimiento puede haber sido algo complicado por una disputa de derechos de propiedad intelectual, sobretodo desde que CUNY no es un partner de Coursera, pero después de revisar con el proveedor del MOOC y la universidad, Dadvison dijo que el desarrollo suyo de un MOOC en Duke no era un asunto para debatir.
«yo soy dueña del contenido de mi curso» Davisson afirmó en un email. «Nadie en Duke (o en otro lugar) puede enseñar con mis videos, sin mi permiso. Puedo reutilizar mis videos y mis materiales en CUNY pero necesito reconocer que estos fueron producidos en la Universidad de Duke»
Dadvison llamó a su MOOC ”un experimento piloto”, David Jarmul, vicepresidente de novedades y comunicaciones en Duke, confirmó que ella es libre de ofrecerlo nuevamente a la CUNY. La política de propiedad intelectual de Duke, la cual tiene su propia sección en ”Estructura del Cursos en Internet” concede una licencia a los miembros de la facultad para “hacer todo currículo tradicional o usos académicos razonables del contenido… si han enseñado en el campus, fuera del campo o de manera online”
Harvard no está apurado con sacar una nueva política todavía. Hay una comisión de actividades externas en el ambiente online, constituida el año pasado, para obtener mejoras y retroalimentación en el tema de derechos de propiedad intelectual y otros asuntos, enviando sus reportes en Octubre, la facultad de Artes y Ciencias discutieron los resultados el mes pasado. Pero como reporta la revista de Harvard, el comité no hizo ninguna propuesta legislativa. Además, “El problema a revisar no cambió el desconocimiento de Harvard sobre los derechos de la propiedad intelectual”
Como dijo un delegado de HarvardX, “es un asunto que está siendo discutido en el momento (sin ninguna respuesta clara todavía)“ Tal vez lo mas importante para HarvardX, y a pesar de los problemas sin resolver es que: Los miembros de las facultades todavía están experimentando con los MOOCs”
”A pesar del hecho que estamos en el “punto mínimo de la desilusión” sobre los MOOCs, de los cuales yo creo que se ha escrito demasiado, las facultades seguirán trabajando” Dijo Lue, “Así que tenemos acerca de 50 proyectos andando, y nuestro mayor problema ahora es que no podemos conocer las demandas de las facultades para hacer que estas experiencias sean online”
Artículo traducido de: http://www.insidehighered.com/news/2014/03/18/if-mooc-instructor-moves-who-keeps-intellectual-property-rights