La penicilina es un importante antibiótico, usado durante la mayoría de procedimientos médicos, y sigue siendo el antibiótico más usado en el mundo después de medio siglo de su creación. Lo que no se sabía es que fue descubierta en medio del sucio laboratorio de Alexander Fleming durante el año 1928.
Por esta gran invención, ganó el premio Nobel de Medicina en el año 1945, a lo que él respondió: “A veces uno encuentra lo que no está buscando”
Todo sucedió cuando Alexander salía a vacaciones durante quince días del laboratorio donde trabajaba en el hospital St. Mary. Se rumora que era un poco desorganizado, por lo que no limpió su lugar de trabajo antes de salir de él, por lo que dejo una serie de cultivos de bacterias dentro de las placas que estaba estudiando.
A su regreso, el notó que había algo extraño puesto que había moho en las placas que había dejado, por lo que roció Lysol (químico para eliminar las bacterias) pero en una de las placas el moho había matado la bacteria que allí estaba cultivando, por lo que para él fue algo especial.
Después de los respectivos estudios el nuevo medicamento fue vital para salvar muchas vidas dentro de los campos de batalla, debido a infecciones contraídas por las heridas causadas a los soldados. Esta también ayudó a tratar diferentes enfermedades como la neumonía, la sífilis, la tuberculosis entre otros.
Al final de la guerra las empresas químicas ya producían la penicilina en masa para el tratamiento de las personas.