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E Learning y MOOCs, Papel del docente en la monetización.

Los dos últimos años han sido de revelación y descubrimiento en e-learning, hemos visto iniciativas como Udacity, Coursera, Wedubox (ahora eduvolución) y Khan Academy, en períodos muy cortos de tiempo alcanzar volúmenes increíbles de interesados y suscriptores; por otro lado escuchamos voces de las más respetadas en la comunidad académica haciendo eco de este tsunami, y elevando la creciente preocupación de las universidades sobre cómo abordar esta nueva tendencia y sobrevivir una cada vez mas inminente interrupción a la actividad educativa, tal como las que sacudieron a la industria musical y la editorial.

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Hasta ahora el común denominador de las iniciativas más exitosas es: una cantidad enorme de tráfico, suscriptores y alumnos, pero ni un centavo de ingresos, muchas obtienen su financiación de donaciones ó fondos de capital con apuestas claras a la innovación, pero sin un camino definido sobre cómo será su retorno y eventual recuperación de su capital invertido.

Los contratos que formalizan estas entradas de capitales privados brindan algunas pistas sobre cómo podría ser el modelo económico  en la distribución masiva de formación en línea, algunas alternativas pueden ser:

Todos estos enfoques son válidos, sin embargo existe una realidad económica imposible de ignorar, la virtualización de la educación como actividad genera una cantidad enorme de valor económico que deberá ser distribuido.

Algunos fondos de inversión han venido demandando muy agresivamente activos en educación superior en América Latina y pagando cifras muy elevadas por ellos, en Brasil se han cerrado adquisiciones de universidades por más de 11x veces el Ebitda que producen en un año, para dar un orden de magnitudes, otras actividades industriales difícilmente llegan 8x veces, para que un fondo de inversión llegue a pagar valoraciones tan altas por un negocio, implica que ve un potencial de crear valor claro y sustancioso -upside-, para el caso de las universidades lo que atrae a estos fondos es el apalancarse en una marca de educación con un posicionamiento ganado en la modalidad presencial, para rápidamente montar una línea virtual, y comercializarla masivamente disparando el valor de los activos adquiridos, las experiencias en América Latina muestran crecimientos más allá del 100% en Ebitda en períodos tan cortos como dos años.

Volviendo al caso de los MOOCs, e iniciativas como coursera, udacity o edX, que hasta este momento no han generado ingresos, se debe tener una claridad: estas compañías ya tienen una base de individuos que conoce el producto, y unas estructuras de costos supremamente ligeras al compararlas con una universidad, muy probablemente, indiferente del modelo de generación de venta que elijan, parten de un punto de equilibrio muy bajo y tienen un potencial enorme de creación de valor, la pregunta es: a quién pertenece ese valor?

Es una pregunta que ya algunos creadores de contenido se vienen haciendo, para convencer a los maestros que el  e-learning no es una amenaza sino una oportunidad, necesariamente ellos deben compartir parte de ese valor, tradicionalmente el maestro ha sido un “empleado” de una universidad sin ningún vinculo con el resultado económico de la misma, se le mide en el mejor de los casos basado en una encuesta de satisfacción y en alguna medida por el desempeño de sus alumnos, aunque este no siempre es el caso, no en pocas ocasiones las instituciones de educación prefieren mantener en su plantilla maestros con títulos de alta categoría y con un nombre posicionado como expertos, sin importar que sus estudiantes de hecho estén comprendiendo lo que se les enseña.

Uno e los beneficios más claro de la virtualidad es el acceso a contenido a nivel global, y en ese escenario los docentes se tendrán que enfrentar a métricas distintas para medir su calidad, variables como la valoración por parte de la comunidad, que tan demandados son sus cursos, la capacidad de sus cursos para retener y comprometer alumnos, pesarán más que si el maestro tiene un PHD de una escuela reconocida, y sin lugar a dudas, esa calidad re-definida tendrá que determinar qué tanto del valor económico creado por la educación en línea debe quedarse en manos del docente. Wedubox.com ya tiene un módelo de regalías compartidas que permite al creador de contenido participar del ingreso de acuerdo a una formula alimentada por la retroalimentación de la comunidad, demanda y capacidad de retención.

El mensaje para la comunidad académica es de adelantarse a este escenario, analizar detenidamente que competencias van a ser necesarias para sacar provecho de este tsunami, y que tan preparados están para publicar su contenido en línea de manera que resulte atractivo para una población que no quiere saber de pergaminos, sino de competencias.

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