Por: Alejandra Collazos
Hace aproximadamente 6 años empezó a merodear un termino por los pasillos de las intituciones, sin ni siquiera saber que más adelante este sería uno de los personajes más llamados y famosos en la educación. Hablar hoy en día de los MOOCs en términos educativos puede resultar entrar en una ola del nuevo siglo, a la vanguardia de la tecnología, la informática y las comunicaciones. Para los estadounidenses este termino puede incluso resultar más familiar ya que sus siglas provienen del inglés Massive Open Online Course (MOOC) el cual empezó a tomar fama y reconocimiento después de ver el gran potencial que tenía y su gran acogida con el público.
Cuando el Internet da la facilidad de comunicar una idea y que este mensaje llegue de forma inmediata a todos los rincones del planeta, cualquiera diría que esto es como hacer magia. Seguramente en la época de la segunda guerra mundial esto hubiera significado una catástrofe aún más grande de lo que fue. Y es que ha sido una revolución tan grande que hasta a la educación le tocó su parte.
Para un profesor pensar en que puede hacer llegar su mensaje, su curso y su conocimiento no solo a los 50 estudiantes que tiene sentados al frente sino a miles de millones de personas con un solo discurso es como hablarles en temas monetarios de volverse millonario. Para aquellas personas que van más allá de lucrarse siendo un profesor y por el contrario su vocación es enseñar y compartir libremente el conocimiento, no puede haber mayor satisfacción que la creación de un MOOC.
Sin embargo a medida que empieza a tomar fama y reconocimiento nuestro querido personaje, empiezan también a desvirtuarse sus magníficos resultados y a llamar la atención de los críticos. Paralelo a la aparición de los MOOCs empieza a tomar cada vez más fuerza la modalidad de la educación virtual y con ellos las grandes criticas por parte del estructurado y estable modelo de la educación tradicional, quien lo empezó a considerar como una amenaza.
A partir de esto empezó a cuestionarse la forma en la que los MOOC funcionaban, la aceptación de su público, la forma y el fondo de su elaboración y el impacto que este estaba teniendo. A lo largo de estos años las conclusiones que resumen lo que se ha concluido hasta ahora de los MOOC son las siguientes:
- Son cursos virtuales masivos y gratuitos
- Muchas instituciones o profesores independientes han adoptado crear un curso de este tipo para obtener un reconocimiento profesional
- Son cursos que no por el hecho de ser virtuales implican tener información superflua
Algunas de sus criticas son las siguiente:
- La tasa de deserción de los MOOC es muy alta. Casi el 60% de estudiantes nunca llegan a terminar el curso virtual que empiezan
- La educación virtual sigue siendo un esquema no lo suficientemente sólido ni estable para afirmar que la calidad equipara la de la educación tradicional
- La interacción social, espacios de intercambio de conocimiento e interacción con el profesor no son tan viables y no se dan tan fácilmente como en un salón de clase tradicional
A pesar de las fuertes críticas, son muchos los docentes, las instituciones e incluso personas independientes que se animan a crear cursos y a dejarlo al libre albedrío de quien quiera ver el contenido.
¿Por que entonces no ir más allá y hablar del MOOC como una intención altruista?, en donde el profesor lo único que gana es el reconocimiento y satisfacción propia de compartir su conocimiento para que otros lo aprendan y así mismo lo compartan
Las conversaciones alrededor del tema sobre los MOOCs son una polémica constante que se cuestiona que tan bueno o malo es, o va a ser en el futuro de la educación e incluso si va a persistir este esquema. ¿Por que no hacer sobresalir la filosofía de la que se sostiene la iniciativa de los MOOCs?
¿Acaso cuando vas a una universidad te ofrecen pregrados gratis? o ¿seminarios con valiosa información gratis? ¿Por que las universidades no se atreven a abrir sus puertas y dejar que todo el mundo adquiera el conocimiento que desea? (Claramente hay interese de por medio que no lo permitirían)
El esquema de educación antiguo se perdió hace mucho, cuando los filósofos se sentaban con sus pupilos a contarles historias, a relatarles anécdotas y conocimientos aprendidos por otros viejos filósofos, sin ningún animo de lucro, sin querer obtener un titulo por ello. Lo hacían, por el mero hecho de sentir la satisfacción que le estabas enseñando a alguien, que su conocimiento era importante y de interés de otros. Con el paso de los años y con la ayuda de la llegada del capitalismo, este esquema se empieza a desdibujar y la educación se vuelve masiva y parte de un modelo industrial de procesos y optimizaciones. Repetir el mismo proceso de enseñanza una y otra vez a un grupo muy grande de estudiantes. Se convierte en un esquema de: uno para muchos. Y todo a cambio de una retribución monetaria.
El MOOC ha devuelto esas raíces primitivas de la educación y el conocimiento: Un conocimiento abierto y libre para todo el mundo, esta vez con la ayuda del Señor Internet, que permite que no solo llegue a dos o tres personas sino a miles de personas en el mundo. El esquema sigue siendo: uno a muchos, incluso: uno a miles, solo que esta vez esos miles de personas no están representando una suma de dinero. Están representando ser potencializadores de un conocimiento.
Entonces por que en vez de resaltar los riesgo, los desafíos, los peligros y las desventajas que trae consigo la educación virtual, (que incluso cada vez son menores) por que no hacer que lo primero que resalte de los MOOCs sea el internacionalismo altruista que hay detrás de este. Un profesor que sin intensiones de volverse rico con un super negocio en internet, reúne a miles de personas alrededor de un tema de interés, alrededor de un conocimiento.
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