Los próximos años, según los expertos, van a ser decisivos en el ámbito educativo tanto a lo que se refiere a innovación pedagógica y estrategias de enseñanza como a la extensión de los servicios y tecnologías digitales.
Estas son las principales tendencias a aplicar para el año entrante.
- El proceso de enseñanza-aprendizaje se personalizará
Con unas aulas tan heterogéneas como nuestra sociedad y la importancia de ofrecer una adecuada atención a la diversidad, el aprendizaje individualizado y adaptado a cada alumno resulta esencial. Para ello, hay que optar por clases más participativas, escuchar y descubrir las necesidades de cada niño, por ejemplo a través de la aplicación de teorías como las inteligencias múltiples. La finalidad es conseguir que todos los alumnos asimilen, comprendan y afiancen los contenidos, para lo que es necesario adaptar el aprendizaje a sus capacidades o formas de aprender, sus intereses o su ritmo de aprendizaje. Gracias a la personalización se puede desarrollar al máximo el talento de cada estudiante y sus ventajas son múltiples
- Los profesores apostarán por las nuevas metodologías
La pedagogía inversa, o el aprendizaje por proyectos ya se han implantado en multitud de centros a lo largo de 2016. Los docentes seguirán poniendo en práctica estas y otras metodologías innovadoras para sacar lo mejor de sus alumnos, motivarles y ejercitar todas las competencias y destrezas para convertirlos en adultos formados y preparados. Los próximos pasos pueden ser, por ejemplo, la gamificación de las aulas o el aprendizaje basado en juegos, que dan un enfoque lúdico a la enseñanza y aprovechan el potencial de la diversión y las recompensas para aprender.
- Los alumnos aprenderán de forma activa
- El 2017 será el año del aprendizaje experimental o enseñanza orientada a la acción, con la que los niños se convierten en protagonistas de su propio aprendizaje y pueden relacionar la teoría y los conceptos aprendidos con la realidad que les rodea, llevándolos a la práctica. Resulta mucho más motivador para los alumnos, les permite “saber hacer”, “aprender a aprender” y construir un aprendizaje significativo y trabaja, entre otras habilidades y destrezas, las siguientes:
– Creatividad
– Autonomía y espíritu emprendedor
– Resolución de problemas y superación de errores
– Paciencia, esfuerzo y perseverancia
– Pensamiento crítico
El aprendizaje activo puede desarrollarse a través de multitud de propuestas y metodologías, entre las que destacan el aprendizaje basado en proyectos, en retos o en problemas. Una de las aplicaciones más novedosas del aprendizaje experiencial aprovecha al máximo el potencial de las TIC a través de la robótica o la programación animando a los estudiantes.