Existe una estrecha e importante relación entre la educación en la democracia y para la democracia y el aprendizaje de la participación activa, esta premisa conlleva un ideal que contempla a los estudiantes participando de manera individual y/o colectiva pero incluyente para determinar y/o accionar, mediante las deliberaciones del pasado, el presente y el futuro de su sociedad teniendo en cuenta el contexto histórico.
Por otro lado se debe tener en cuenta el contexto espacial, con el ánimo de resaltar que hay muchos tipos de democracia, algunas directas, otras indirectas, unas pocas plenas, algunas otras hibridas y bajo regímenes presidencialistas, pero lo cierto es q:ue todas están en el deber de garantizar al ciudadano participar de ellas; sin embargo en la práctica “La democracia está aún lejos de ser un sistema de vigencia universal. Esta es, quizá, la conclusión más inquietante que surge de un estudio que acaba de dar a conocer la prestigiosa Economist Intelligence Unit (perteneciente al grupo editorial The Economist). El informe indica que sólo la mitad de los 165 países incluidos en la investigación pueden considerarse democráticos, y apenas 25 se encuentran en el segmento en el que el sistema funciona a plenitud. Vale la pena destacar, por cierto, que los únicos latinoamericanos presentes en este privilegiado grupo son Uruguay y Costa Rica.”[1]
Este informe, además de insistir en que la mayoría de los países entran dentro de sistemas democráticos, destaca la falta de participación popular y la carencia de cultura política que es la que debe servir de apoyo para que en la práctica funcione; de acuerdo a esto quizás el sistema sociopolítico principal es el ámbito educativo el cual debe fomentar la formación para la participación democrática, “no obstante, es necesario considerar que un individuo no está prediseñado para participar en política, tiene que ser educado incluyendo una base normativa, una conducta ética, un conocimiento del proceso democrático y su desarrollo técnico”[2].
Las estrategias para lograr una participación sociopolítica activa, hacen parte del diario vivir y la mayor influencia se encuentra en el cotidiano de las aulas. “los contenidos relacionados con la democracia, y en general con el funcionamiento de las formas políticas, aparecen en las disciplinas referentes a las ciencias sociales, pero esto no resulta suficiente. La enseñanza actual de las ciencias sociales es inadecuada y no prepara de forma conveniente para la participación en una sociedad democrática” [3] esto es reiteratico y por eso se vuelven cada vez mas importantes las estrategias como educadores de la implementación didáctica para promover situaciones como el interés por los procesos sociales cotidianos, ejemplo la importancia de la libre agrupación de trabajadores o de minorías sociales, sexuales, de raza o etnia entre otros; así mismo la informacion sobre cómo instaurar quejas, sin que esto requiera una autoridad o un representante legal, o como el uso de la tutela o el derecho de petición. En estas tematicas de la defensa de los derechos fundamentales, la educación de derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales para alumnos en formación básica y media, existen organizaciones como la Unesco que ha adelantado estrategias por medio de cuadernos de ejercicios dedicados a cada sector o área temática: ciencias naturales, ciencias sociales, educación artística, educación física, lenguaje y comunicación y matemáticas.[4]
Así mismo para la educación superior se debe incluir la capacitación de los diferentes mecanismos de participación ciudadana, los cuales por ejemplo en Colombia no son promovidos “algunos resultados de la Encuesta de Cultura Política del Dane 2011 según los cuales el 71 por ciento de los colombianos respondió no conocer los mecanismos de participación ciudadana y el 58 por ciento desconoce las instancias, canales o espacios de participación. Otra medición como el Barómetro de Capital Social ratificó esta tendencia y mostró la poca importancia que los ciudadanos le dan a este mecanismo”[5] estos mecanismos permiten al ciudadano por un lado obtener información sobre los diversos procesos democráticos y por el otro intervenir o accionar dentro de estas decisiones, por ejemplo el como informarse sobre mecanismos de iniciativa legislativa como el referendo, o gubernamentales como el plebiscito, donde el pueblo rechaza o responde a alguna medida; o cómo accionar frente a otros mecanismos de iniciativa popular, de audiencias públicas, de cabildos indígenas o de agremiaciones sindicales, de federaciones o de confederaciones, para facilitarle al ciudadano empleado participar y ser activos de estos derechos en las etapas de formación profesional, técnica o tecnológica.
La formación de la ciudadanía es una tarea principalmente cultural y académica y si la pretención es incluirnos dentro de una sociedad cada vez más democrática, pues es posible que en el cotidiano de las aulas, se planeen estrategias educativas de participación ciudadana, en donde indudablemente no faltara la conflictividad social, sexual y racial, pero también se incrementaran las nuevas posibilidades, tránsitos, el entusiasmo que trae la diversidad, la inocencia sin prejuicios o con prejuicios a derrumbar y la capacidad para elegir, no solo por medio del sufragio.
[1] La democracia en el mundo todavía es una excepción, y no la regla
Por redacción 29 marzo, 2013 Sección: Internacional, Política. Diario El economista, Argentina.
[2] Ana García Florindo. Materiales didácticos para trabajar la participación ciudadana.
[3] Los contenidos escolares para una educación democrática, simposio XXIII Sevilla España
[4] Cuadernos de ejercicios para la enseñanza de los derechos humanos. Septiembre del 2004.
[5] Revista semana la nación 2013/11/09 01:00 El poder de la participación ciudadana
Foros Semana dio una mirada nacional e internacional al estado actual y los retos de los mecanismos de participación democrática que los colombianos tienen a la mano.
