Nuestro estado emocional se rige en parte por una estructura cerebral pequeña conocida como la amígdala, que es responsable de procesar las emociones positivas como la felicidad, y las negativas, como el miedo y la ansiedad.
Esas emociones son controladas por dos poblaciones de neuronas que están genéticamente programadas para codificar los recuerdos de terribles acontecimientos o sensaciones placenteras. Además, estos conjuntos de células inhiben entre sí, lo que sugiere que un desequilibrio entre estas poblaciones puede ser responsable de trastornos como la depresión y el trastorno de estrés post-traumático.
Las células de memoria que contienen los recuerdos positivos, identificados como marcadores genéticos, contrarrestan las células de memoria negativas y prometen una oportunidad para identificar piezas moleculares eficaces para el tratamiento de trastornos emocionales como la depresión y el trastorno de estrés postraumático.
El circuito cerebral que une recuerdos con emociones positivas o negativas, conecta el hipocampo que une los recuerdos con un contexto de la memoria (lo que pasó y dónde ocurrió), con las neuronas en la amígdala basolateral, que almacena la asociación emocional del evento.
Científicamente está comprobado que se pueden revertir las asociaciones emocionales de la memoria en ratones, para lograr esto se activan las células del hipocampo artificial que había sido almacenado en una memoria negativa, mientras que el ratón estaba pasando por una experiencia más feliz. Esto debilitó la asociación del miedo a la memoria original y lo reemplazó con una sensación más positiva, como lo indica la preferencia del ratón para obtener un lugar determinado en su envase.
Sensación perdida del equilibrio.
La ontogénica es una técnica que permite inhibir selectivamente algunas neuronas con la luz. Cada población de neuronas puede inhibir la otra: cuando estimularon la actividad en las neuronas de recompensa, la actividad en las neuronas de miedo se suprimen y viceversa. Esto sugiere que el cerebro equilibra constantemente la actividad entre estas dos poblaciones de neuronas.
Los síntomas de ansiedad y depresión suelen ser el resultado de un desequilibrio entre estas dos poblaciones, en última instancia tenemos un sube y baja entre positivo y negativo.