Maanasa Mendu es el nombre de la joven de 13 años, originaria de Ohio que ganó el primer premio del Discovery Education 3M Young Scientist Challenge, gracias a su dispositivo de reproducción de energía limpia.
La joven de ascendencia india, inventó un aparato que transforma la energía eólica y solar en una fuente de energía lumínica. Para este prototipo solo gastó 5 dólares, y además del galardón, se llevó 25.000 dólares.
La idea -afirmó Mendu- surgió tras un viaje a la India, donde reside parte de su familia. Allí se percató de los problemas de luz y agua que tenía la nación, y comenzó a desarrollar en su mente, alguna alternativa para cambiar esta situación y que además fuera asequible para todos.
“Para mí, personalmente, eso significa no tener acceso (temporalmente) al aire acondicionado o a la electricidad. Pero para más de un quinto de la población mundial la oscuridad es una realidad permanente”, aseguró.
Para diseñar este dispositivo se basó en la estructura de las plantas, fijándose en cómo las hojas captan la energía de las precipitaciones, el viento y la luz. Todo esto representado en paneles solares y un material piezoeléctrico que recibe esas vibraciones y las convierte en energía renovable.
Harvest, como así lo llamó Mendu, por los momentos es una idea, diseñada y construida a base de elementos que la adolescente tenía a la mano. Pero espera en algún momento, crear un prototipo, realizar más pruebas y que ese mecanismo se pueda reproducir a gran escala.
“El dispositivo captura energía que está constantemente disponible en nuestro entorno”, explicó.
Aunque la idea inicial era solo utilizar el poder del viento, Margaux Mitera, mentora de Maanasa en este proyecto, le sugirió que podría aprovechar también otras fuentes de energía.
Competición
El director ejecutivo de Discovery Education, Bill Goodwyn, apuntó que cada año, el concurso recuerda lo inspirador que resulta cuando se capacita a generaciones más jóvenes para aplicar la ciencia, el pensamiento crítico y la creatividad para resolver problemas del mundo real.
Entre los otros proyectos finalistas del concurso, se encontraban bacterias que generan energía, un sensor para ayudar a personas con discapacidades físicas, un simulador de reanimación cardiopulmonar y un aparato para controlar la polución.