La inclusión en la educación existe desde que estudiar se volvió un derecho y no un privilegio. Pese a los diversos beneficios ofrecidos, no es suficiente para cubrir los gastos que representa.
La inclusión en la educación ha sido un tema que se ha tratado por más de 50 años. Deisy Mejía, especialista en Neuropsicología Escolar, afirma que, según la UNESCO:
“El camino de la educación inclusiva inició cuando la educación, pasó de ser un privilegio de una pequeña parte de la población a ser un derecho de todas las personas sin importar su raza, género, cultura, edad y estrato socioeconómico. La educación se convirtió en un sistema de variadas opciones con la capacidad de favorecer el aprendizaje académico, personal y social, garantizando proyectos de vida con calidad y pertinencia (…)” (Mejía, D. 2020)
A pesar de esto, la inclusión en la educación no ha dado los resultados esperados. La mayoría de personas manifiestan no contar con los recursos y medios necesarios para tener acceso a ella. Las barreras geográficas, costos exorbitantes, falta de tiempo, y, entre otras cosas, no permiten que las personas accedan a una formación de calidad.
Por otro lado, tomando como referencia la educación básica (primaria y secundaria), Daniel Mateo Chacón, columnista del periódico El Tiempo, mediante una investigación realizada encontró que:
“(…) Según datos registrados en el Sistema de Matrícula (Simat) del Ministerio, actualmente se encuentran matriculados 9’395.018 menores en el sistema educativo, ya sea en colegios oficiales o privados. Sin embargo, se encontró que entre los meses de marzo (inicio de la emergencia sanitaria) y agosto, 102.880 de ellos se retiraron.” (Chacon, D. 2020)
Con la llegada de la transformación digital y de la mano la educación virtual, algunos de estos inconvenientes fueron solventados, entre ellos destacan:
- Disminución de gastos: Al no tener que asistir a un centro educativo de manera presencial, los estudiantes ahorran los costes de manutención se presenten durante las clases presenciales.
- Eliminación de barreras geográficas: Al igual que el punto anterior, la modalidad virtual ofrece la posibilidad de poder estudiar desde la comodidad del hogar, sin tener que recorrer largas distancias para ir al centro educativo. La buena noticia es que, gracias al patrocinio de organizaciones gubernamentales y ONG, las personas tienen acceso a herramientas que les permiten formarse sin ningún problema.
- Costos de matrícula bajos: En algunos casos, al no usar las instalaciones físicas del centro educativo, los costos de matrícula suelen bajar de manera considerable.
- Ahorro en materiales: Gracias a las plataformas digitales y la educación virtual, se eliminan los gastos en materiales como libros, materiales didácticos, etc.
En la actualidad, la principal preocupación de las personas es no tener acceso a la educación por falta de presupuesto. Por ello, algunos aluden a que esta no es inclusiva. Sin embargo, la formación virtual es una modalidad de estudio que fomenta y preserva estos valores. Principalmente, da la oportunidad de tener el conocimiento a la mano, sin la necesidad de pensar en factores de coste.
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Bibliografía:
Chacón, D. (2020). Más de 100.000 niños dejaron de estudiar en Colombia por la pandemia. Bogotá, Colombia. Retomado de https://www.eltiempo.com/vida/educacion/educacion-en-colombia-mas-de-100-000-ninos-dejaron-de-estudiar-por-la-pandemia-545476
Mejía, D. (2020). Educación Inclusiva: Utopía o Realidad Percepción de los maestros, educandos y sus familias acerca de la educación inclusiva. Medellín, Colombia. Retomado de https://alejandria.poligran.edu.co/bitstream/handle/10823/2005/Edcuacion%20inclusiva%20%28verdad%20o%20utopia%29%20final.pdf