La educación virtual en Estados Unidos que hasta hace poco era dominada por jugadores privados con ánimo de lucro como la Universidad de Phoenix, comienza a ser explotada por un creciente número de jugadores estatales que apuestan por la modalidad, entrando al mercado con precios hasta un 30% por debajo de sus colegas privados y con excelente calidad.
Los más grandes operadores de escuelas con animo de lucro como el grupo Apolo, propietario de la Universidad de Phoenix, han visto su valor de mercado erosionarse este año, cayendo más de un 65% en lo corrido, mostrando uno de los peores desempeños de las compañías del Standard & Poors 500.
Las escuelas de este tipo han sido duramente cuestionadas por la administración Obama por sus practicas de reclutamiento, dando información manipulada sobre los costos y empleabilidad de los programas, lo que ha llevado la deuda estudiantil a más de un billón de dólares este año. Con la derrota de Mitt Romney, candidato republicano a presidente y quien abogaba por menos regulación en este sector, las cotizaciones de estas compañías sufrieron un declive acelerado, la competencia de las estatales ha obligado a reducir los precios de las matriculas, afectando el valor y el retorno de estos operadores.
El gran diferenciador de las escuelas con animo de lucro ha sido el servicio y el mercadeo, las universidades públicas han tomado nota y están comenzando a elevar sus niveles de servicio mejorando la retención de estudiantes, simplemente no hay motivo para desertar a una escuela privada cuando sus marcas no son las mejores y el costo de la matricula es tan alto.
Y en America Latina?
En America Latina las universidades públicas están considerablemente rezagadas, su modelo de operación es a veces ineficiente, y deben soportar la presión y resistencia de movimientos sindicales de docentes y estudiantiles, la verdad es que la virtualidad esta demostrando estándares de calidad cada vez mayores, y en una región donde la cobertura de educación superior es inferior al 30%, no hay una explicación lógica sobre la resistencia a un modelo claramente incluyente.
Y por el lado de las instituciones privadas, quienes han sido más agresivas han sido las instituciones controladas por fondos de capital privado del exterior como Whitney o Laurette, que calcan la estrategia de fondos como Apolo, adquirir escuelas con buen nombre y tradición presencial, para apalancarse y montar el modelo virtual. Estos operadores funcionan en principio bien, pero como fondos de capital privado que son, tarde o temprano van a buscar una salida de la inversión, sea llevando la compañía a bolsa o vendiéndola a otro inversionista, en la medida que se acerca esa salida, el control excesivo de gastos en busca de un mayor valor de salida, va en detrimento de la calidad y el servicio, poniendo en riesgo a la institución.
Durante 2012 hemos visto iniciativas como Coursera, Udacity y EdX, alcanzar el millón de estudiantes y recientemente en el mundo de habla hispana Wedubox (ahora Zalvadora) lanzo los primeros MOOCs en castellano, en un módelo que permite a cualquier usuario crear y tomar cursos.
La competencia es dura, y las fronteras inexistentes, tarde o temprano la educación publica en America Latina debe entender que la virtualidad no es una amenaza sino una oportunidad para llevar formación a quienes no pueden acceder a ella.
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