En los días pre- internet, si alguien tenía una pregunta difícil tenía la opción de acudir a una enciclopedia o hacer una búsqueda más general en una biblioteca; esto era más complicado y requería más tiempo y es lo que ahora hace Google en tan solo segundos.
Gracias a la tecnología y a internet en particular, ya no se necesita depender de nuestra memoria poco confiable, para obtener piezas de información. Piense en lo siguiente: ¿Cuándo fue la última vez que tuvo que lidiar aprendiéndose el número telefónico o la dirección de alguien? o ¿Cuándo tuvo que corregir manualmente faltas ortográficas de un escrito?
Nuestro cerebro virtual
El un estudio reciente, de los académicos en las universidades de California e Illinois, descubrió que nuestra creciente dependencia de Internet está transformando la manera en que pensamos y recordamos.
En el estudio, se le pidió a dos grupos de personas que respondieran una serie de preguntas de trivia. Los que estaban en el primer grupo se les dijo que podían usar sólo sus recuerdos, mientras que los otros tuvieron que buscar las respuestas en línea. Ambos grupos se les pidió una serie de preguntas más fáciles y se les da la opción de usar el Internet. Los que habían utilizado Internet la primera ronda, eran mucho más propensos a hacerlo de nuevo.
No solo eran más propensos a referirse a internet, sino que fueron muy pocos los intentos de averiguar las respuestas por sí mismos, incluso cuando las preguntas eran relativamente simples. Todo esto es evidencia de una tendencia que los investigadores se refieren como «la descarga cognitiva». Se ha vuelto tan fácil simplemente buscar algo en línea, que estamos renunciando a recordar ciertas cosas.
A medida que más información esté disponible a través de los teléfonos inteligentes y otros dispositivos, las personas se vuelven más dependientes a ellos para resolver las tareas cotidianas. El internet no solo está cambiando la forma en que vivimos y trabajamos, en realidad está alterando nuestro cerebro.
Algunos argumentan que al eliminar la necesidad del aprendizaje de memoria; un sistema en el que nos vimos obligados a memorizar fechas, nombres y hechos; el Internet ha ayudado a los recursos cognitivos libres para otras cosas más importantes. Es una cuestión de opiniones, asimismo otros afirman que al confiar en la internet como un disco duro en reemplazo de nuestra memoria, estamos perdiendo capacidad de trasferir los hechos que escuchar y leer sobre una base diaria de nuestra memoria de trabajo, en nuestro largo plazo se considera importante para la creación del conocimiento y la sabiduría.
Decenas de estudios realizados por psicólogos, neurobiólogos y educadores apuntan a la misma conclusión: cuando estamos en línea, entramos en un entorno que promueve la lectura superficial, el pensamiento apresurado y distraído.