Mantener a los estudiantes motivados, ayuda a que se mantengan comprometidos en el proceso; así mismo mejora su rendimiento ya que manifiesta interés, se esfuerza, escucha y aprende con facilidad. Estas son algunas claves para despertar en los estudiantes, las ganas de aprender.
- Buscar qué los motiva o los apasiona.
Se trata de conocer a sus estudiantes y cuáles son sus necesidades en común con el fin de encontrar un punto en común que los inspire a aprender, puede ser: un determinado tema, un método de aprendizaje, un espacio de trabajo. No suele ser una tarea fácil, se trata de un trabajo en conjunto para que ellos también puedan descubrir lo que les llama la atención. Una buena herramienta es la aplicación de la teoría de las inteligencias múltiples en el aula, que permite poner en prácticas estrategias didácticas diferenciadas, según la inteligencia que esté más desarrollada en el alumno o según la que se quiera trabajar. - Trabajar desde la práctica.
Siempre que sea posible, relacione el aprendizaje con la realidad cercana de sus estudiantes, de modo que sean capaces de ver la utilidad de aquello que están aprendiendo. Así es mucho más fácil que se impliquen, se interesen, recuerden y afiancen lo aprendido de manera mucho más eficaz. Por ejemplo, repase química con experimentos y objetos cotidianos, enseñe física en el parque de atracciones o muestre el lado más divertido y práctico de las matemáticas con retos y enigmas de la vida cotidiana. - Plantee el aprendizaje de forma atractiva.
Animar a los alumnos a que participen, crear expectativas con una meta atractiva e implicarles en el proceso de aprendizaje es clave para motivarles. El trabajo por proyectos, puede contribuir a aumentar su motivación. - Hacer uso de las nuevas tecnologías.
Los alumnos jóvenes son considerados como nativos digitales y de forma casi natural, les llama la atención la tecnología. Puede tomar provecho de este interés para presentar los temas del aula, completar los contenidos o trabajarlos de una forma diferente. Pero, sobre todo, anime a tus alumnos a utilizarlas para aprender: documentarse, practicar lo aprendido, ampliar conocimientos, llevar a cabo proyectos y experiencias. - Aplicar refuerzos positivos.
Un alumno desmotivado puede estar también desilusionado y desanimado porque le resulta difícil mantener el ritmo de la clase, no mejora sus calificaciones o no resuelve bien los trabajos de clase. Puede contribuir a romper ese círculo vicioso desmotivación-fracaso mediante el refuerzo positivo y el apoyo a conductas o actitudes positivas, para valorar más que los resultados. De este modo estará animando a sus alumnos a seguir intentándolo, aprender de los fracasos y buscar soluciones sin rendirse. Reconozca el trabajo de aquellos alumnos a los que les cuesta más avanzar y premie el esfuerzo.