Los logros de Lee Kuan Yew han sido objeto de mucha discusión alrededor del mundo desde su reciente muerte. Pero uno de los aspectos de su éxito ha sido poco mencionado: las inversiones que él y sus sucesores, hicieron en la educación. Su estrategia, como a menudo recalcaba, era «desarrollar el único recurso natural disponible de Singapur: su gente.»
Hoy en día, Singapur comúnmente se posiciona entre los países con mejor desempeño y logros en el área de la educación, rankings medidos por el programa de la OCDE para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA). Por otra parte, a pesar de ser una ciudad-estado de sólo cinco millones de habitantes, Singapur cuenta con dos universidades entre las 75 primeras en la última Times Higher Educación World University Rankings, en el mismo número que China, Japón y Alemania.
¿Cómo sucedió eso? ¿Qué hicieron Lee Kuan Yew y Singapur bien?
Para empezar, hay que destacar que el sistema educativo de Singapur no fue diseñado desde el comienzo por Lee Kuan Yew y sus colegas. Más bien, fue construido sobre los muy sólidos cimientos heredados del pasado colonial británico de Singapur. A diferencia de muchos de sus contemporáneos entre los líderes postcoloniales, Lee Kuan Yew, no tenía miedo de abrazar lo elementos de ese pasado que resultarían útil para la empresa de construcción nacional.
En ninguna parte esto se hace más evidente que en el enfoque en la educación. Muchas de las instituciones educativas más importantes del país – por ejemplo, la Universidad Nacional de Singapur (fundada en 1905), la Institución Raffles (fundada en 1823), y la Escuela Anglo-china (fundada en 1886) – son significativamente anteriores a la independencia de Singapur en 1963. Por otra parte, el curriculum de la educación secundaria se basa en el sistema de calificación, que maneja desde el nivel O hasta el nivel A propio del sistema británico (con alguna adaptación para detallar los altos logros que generalmente presentan los estudiantes en Singapur). Y, aunque la infraestructura no esta desatendida, el enfoque principal de la inversión en educación es en los estudiantes y maestros.
Un sistema nacional de generosas becas permite a los mejores estudiantes acceder a educación en algunas de las universidades más importantes del mundo, mientras Singapur desarrolla sus propias instituciones de talla mundial. Además, con los salarios iniciales por encima del promedio nacional, la profesión docente atrae, desarrolla y conserva algunos de los mejores graduados.
Por otra parte, el sistema educativo de Singapur es de un criterio meritocrático descarado (algunos podrían decir que hasta elitista) en su enfoque en la identificación y desarrollo del mejor talento e, igualmente importante, dirigiéndola hacia el servicio público. Beneficiarios de las becas del Gobierno están obligados a servir en el sector público por un mínimo de dos años por cada año de estudio.
El mismo criterio meritocrático rige el desarrollo y el ascenso de los docentes. A profesores con desempeño top se les dan responsabilidades directivas sin tener en cuenta su formación específica, y es allí dónde se encuentra el círculo vicioso entre el Ministerio de Educación, los salones de clase y la administración de la escuela. Los maestros están impulsados con frecuencia a llevar a cabo un trabajo político. Muchos posteriormente optan por regresar a las aulas de clase.
La tendencia elitista en el sistema educativo de Singapur se ve atenuada por el hecho de que la educación de calidad está disponible para todos los niveles de aptitud académica. Singapur esta orgullosa de sus instituciones académicas secundarias y terciarias de élite con justa razón, pero se podría argumentar que las joyas ocultas del sistema son los cientos de escuelas de barrio, institutos de enseñanza técnica y escuelas politécnicas que proporcionan educación de alta calidad para todos.
Implacablemente, el sistema educativo de Singapur está mirando hacia el futuro. Desde la adopción de bilingüismo con Inglés (además de la lengua materna de mandarín, malayo, o Tamil), a su enfoque en la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM), Singapur predijo muchas de las estrategias clave de la educación al ser adoptadas por los políticos de hoy en día .
La elección del Inglés fue impulsada por la historia y la necesidad de una sociedad multiétnica de un lenguaje común. Pero también fue un reconocimiento profético de rápida aparición del Inglés como lengua franca del comercio mundial y la ciencia, y que una vez afianzado era probable que lo siga siendo durante décadas, si no siglos, por venir. En este sentido, Lee Kuan Yew también se distinguió de otros líderes postcoloniales de su generación. En vez de hacerle el juego al sentimiento nacionalista estrecho y optar por la lengua mayoritaria y la cultura, que él y sus colegas decidieron adoptar un lenguaje global para una ciudad global.
Por último, el sistema educativo de Singapur evoluciona con los tiempos y a la luz de nuevas evidencias. En la década de los noventa, a las autoridades de Singapur, les preocupaba que su acercamiento a la educación pudiese ser algo regimentado y excesivamente centrado en el STEM y comenzaron a proporcionar vías para la excelencia en las humanidades, las artes y el deporte. Ese reequilibrio todavía está en curso, con un nuevo énfasis en la identificación de formas de fomentar la creatividad y el espíritu empresarial.
Para el padre fundador de Singapur, la educación va más allá de la educación formal. Como él mismo dijo en un discurso en 1977: «Mi definición de un hombre educado es un hombre que nunca deja de aprender y quiere aprender.»
De hecho, el sistema de educación de talla mundial de Singapur será uno de los legados más perdurables de Lee Kuan Yew. Era lógico que su funeral oficial tuvo lugar en la Universidad Nacional de Singapur.
fuente: World Economic Forum https://agenda.weforum.org/2015/04/is-education-the-secret-to-singapores-success